Agradecimientos
Un día hace más de ocho años me puse a escribir esta novela, tenía una vaga idea de lo que quería expresar. Cerré los ojos y dejé volar mi imaginación, lo que soñé lo fui poniendo en estas páginas.
Si alguien se ve reflejado, que piense que es pura coincidencia, todos los personajes y lugares son obra de mi invención.
Quiero agradecer a Luis, el editor, su ayuda al poner los raíles para que esta novela viera la luz.
También a Maite Vacas que pintó la mejor portada que yo quería para este libro y leyendo mi mente superó, con creces, lo que yo pretendía. Y a Yonatham González y Monique Phou ya que una de sus fotografías sirvió de inspiración para realizar dicha pintura.
Y en especial quiero agradecer a Chelo, mi mujer, la paciencia que ha tenido al robarle cientos de horas que dediqué a la novela y otros cientos de horas que pasó a mi lado corrigiéndola.
También a mis hijos por el entusiasmo que demostraron mientras escribía y la ilusión que siempre me transmitieron, especialmente Mar que empleó muchas horas de su tiempo en corregir y en ayudarme a darle forma y fue la que más me empujó a terminarlo.
Todos ellos son mi mayor tesoro.
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