Libro *Juan Griego* de Adolfo Dominguez

Juan Griego
Adolfo Domínguez ha escrito una novela… y no es lo que esperas.

 
Autor: Adolfo Domínguez
Lengua: Español
Publicación: 15 octubre 2018
Editorial Dafausta
Colección: Contemporánea
Páginas: 725
ISBN: 9788494702150
PVP: 27,50€

 
Introducción

El conocido diseñador de moda ha escrito una novela de más de 700 páginas que ha decidido publicar con una pequeña editorial.
Formalmente rompedora, filosófica en el sentido más abrumador y políticamente existencial, esta novela inaudita, lúdica, evocadora, desmedida, a caballo entre la ficción histórica y el realismo mágico, cuajada de intrigas políticas, romance, acción, suspense, crimen, física cuántica y narcos colombianos, relata el periplo de una vida a través de la América de los ochenta, más violenta que la Edad Media, un viaje hacia dentro y hacia abajo, hacia el centro de todo, hacia la misma esencia de la identidad humana.

Juan Griego es un oficial de la Armada Argentina que emprende un viaje trepidante a través del corazón de la noche de América Latina en los ochenta del siglo XX, unos años esmaltados de dictaduras brutales y opio.

 
Sinopsis

Argentina, finales de los años 70.
El teniente Juan Griego, joven oficial de la Armada Argentina, se ve obligado por sus superiores a interrogar y torturar a Rodrigo Borja, un joven subversivo miembro del ERP, en el sótano de la Escuela de Mecánica de Buenos Aires.
A partir de este momento, arrastrado por las fuerzas oscuras del poder, emprende un viaje que lo lleva a través de los vericuetos del momento histórico que le ha tocado vivir.
Procedente de una familia anclada en la nostalgia de una distinción social que la crisis económica ha ido mermando, es acogido y criado por su tía tras perder a sus padres en la infancia. Pese a sus pocos medios económicos, recibe una educación exquisita en un exclusivo colegio privado, donde se codea con los jóvenes de las élites argentinas, entre los cuales no termina de encontrar su lugar. Apasionado de las ciencias, física y matemáticas en particular, busca el sentido y el orden de las cosas en los números. Sin saber muy bien qué rumbo tomar para ganarse la vida en la edad adulta, termina entrando en la Escuela de Marina.
Enamorado de Tiziana, una compañera de colegio, desde la adolescencia, encuentra en su padre, don Álvaro, una figura paterna a la que se aferra como a una brújula en su soledad de huérfano. Con ella, con su familia y sus compañeros cadetes de la Escuela de Marina, pasa el verano del 76 en Uruguay. Allí nadan, navegan, hacen esquí acuático y comienza su relación con Tiziana, que no se compromete, viene y va pero nunca permanece. Un día, mientras practican la pesca submarina, encuentran un cadáver enmarañado en las redes. La visión de los ojos del ahogado marcará el curso de la vida de Juan.
Tras completar su formación en el buque escuela de la Armada Argentina, comenzará a servir en la Escuela de Mecánica como ayudante personal del almirante Garibaldi. Comanditado por el ejército, maneja millones en paraísos fiscales, viaja a Colombia para negociar un acuerdo secreto con la guerrilla, se ve atrapado en una batalla en plena selva, negocia con embajadores y narcotraficantes.
Durante esos años, Juan se ha reencontrado con Tiziana, con quien reanuda una relación. También conoce a Sofía, una bailarina entusiasta y pragmática que se enamora de él y con quien Juan parece encontrar cierta serenidad.
Entretanto, la dictadura militar hace estragos, las desapariciones, las torturas y las muertes se suceden. La familia de don Anselmo Aguirre, amigo de don Álvaro, es exterminada en lo que a la postre resulta ser una venganza personal, ejecutada por un militar gracias a los medios que para ello le ofrece el ejército. Don Álvaro, temiendo por su hija, que ha estado vinculada a los medios disidentes, la envía al extranjero. Una vez más, Tiziana desparece de la vida de Juan sin dar explicaciones. Termina viviendo con Sofía, a quien no se siente unido con el mismo arrebato que a Tiziana pero en quien encuentra la estabilidad afectiva que siempre ha echado en falta. Tienen una hija, Adelaida, sin que por ello Juan deje de encadenar sus relaciones con otras mujeres que se van cruzando en su camino.
Entretanto, sutilmente, va preparando su salida de lo que ya ve como una debacle asegurada. Pero, en el transcurso de uno de sus viajes, se reencuentra inesperadamente con Tiziana. Encerrados en un hotel, viven unos días de pasión enloquecida fuera del mundo, sabiendo que son los últimos. A su regreso a Buenos Aires, Sofía sospecha de su encuentro con Tiziana y le propone una relación abierta.

En medio de un mundo que se desmorona a su alrededor, Juan se presenta voluntario para combatir en la guerra de las Malvinas. Es nombrado capitán y trata de resistir los ataques británicos. Tras la derrota, intercambia sus credenciales con las de su teniente, muerto en combate, y huye de Argentina asumiendo una falsa identidad. Desde el exilio, contempla la caída de la dictadura militar. Sabedor de que no hay vuelta atrás, se somete a una operación de cirugía plástica para cambiar sus rasgos. Juan Griego ha dejado de existir para el mundo.

De Río a Montevideo, de Lima a París, en una narración circular que juguetea con lo onírico y halla la verdad en los principios de la física cuántica, su viaje hacia adentro lo va llevando de vuelta al comienzo y desmantela los conceptos de tiempo, espacio e identidad.

Rodrigo Borja, lisiado, roto tras haber sobrevivido a la tortura, se cruza en su camino. Entablan amistad, pero Juan descubre que lo ha reconocido y planea denunciarlo. Lo lleva a navegar al mismo sitio en el que pasó el verano del 76 y lo asesina. Cuando tira el cuerpo al agua, encuentra en él los ojos del ahogado que lo persigue, y lo precede, desde entonces.

Juan huye en círculos, atraviesa un pasado que se vierte en su futuro. Testigo mudo de un mundo que ya no existe, sigue cruzándose con personajes que ha conocido y se afianza su convicción de que el regreso a Buenos Aires es imposible. Para asegurar el futuro de su hija, se pone en contacto con don Álvaro haciéndose pasar por un amigo de Juan. Le pide que cuide de Sofía y Adelaida y que administre para ellas la fortuna que ha amasado a base de desviar fondos de las operaciones clandestinas que llevó a cabo para el ejército. Don Álvaro no lo reconoce pero él termina desvelándole su identidad.

En su deriva llega a Madrid, donde el encuentro en el Retiro con un soldado de su tropa de las Malvinas, convertido en mendigo, será la última vuelta de tuerca, o la primera. Tras despedirse de él, Juan camina por la calle Serrano y se refugia de la lluvia en el café de la tienda de Adolfo Domínguez, donde comienza a escribir lo que ya no sabe si es sueño, recuerdo o realidad.

 
Adolfo Domínguez

«Me interesan las grandes historias como La cartuja de Parma y Guerra y Paz. Pero, para mí, la trama es un pretexto para entender, para acotar el caos de la vida.»

¿Cuándo decides que quieres escribir ficción?

Por aquel tiempo, en clase de literatura me introducen a Azorín como maestro de estilo y cada día tengo que escribir una página imitándolo; frases cortas, sin subordinadas, a la manera anglosajona.
En griego, trabajo tres años con la Ilíada y la Odisea.
¿Para qué más? Con el tiempo me di cuenta de que prefería a los profesores que optaban por Homero, Cervantes, Shakespeare… Ahora sé que Homero no fue solo Homero, sino el epígono genial de una larga tradición de juglares. Tanto la Ilíada como la Odisea son el poema épico por excelencia.
En latín no encontré el equivalente de Homero. Salustio, Plutarco y Tácito me interesaron, pero no me llevaron al cielo. Aún era demasiado chico para apreciarlos. Homero me embelesaba.

La poesía de Ovidio me interesó y Catulo, y sobre todo el De rerum natura de Lucrecio, un intento de reflexión sobre la ciencia que se había hecho hasta entonces, y además escrito de una manera hermosa, con un comienzo sublime
Mucho más tarde descubrí las Meditaciones de Marco Aurelio, el tratado de ética que ha estado sobre mi mesa de noche a lo largo de muchos años de mi vida, convincente a fuerza de concisión, belleza y verdad. Encontró el tono. Y escrito por un emperador romano que gobernó toda su vida, no desde un palacio, sino desde su tienda de campaña en el frente.
Es entonces cuando, como tantos adolescentes encantados de conocerse a si mismos, empiezo a escribir un diario.

 
En Librería Semuret

Adolfo Dominguez con Luis González el día de su visita sorpresa.

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